El lenguaje no-verbal del docente en el aula

¿Cómo nos comunicamos los docentes utilizando el lenguaje no-verbal en las aulas?


La comunicación es una herramienta de interacción totalmente esencial en la enseñanza, y dentro de ella se destaca un 70% de lenguaje no-verbal el cual facilita situaciones de orden y estabilidad en el aula si se transmite correctamente al alumnado.

El emisor (docente) se encarga a través de este tipo de lenguaje de imponer el grado justo de autoridad sin que llegue a resultar demasiado amenazante, por ejemplo, sin elevarse físicamente siempre por encima de los alumnos y no apoyando sus manos en la cintura. Como alternativa a estas actitudes, se procura que el acercamiento al niño sea desde su baja altura agachándose o inclinándose, además de que el trato no sea demasiado frío, y el cruce de brazos se produzca lo menos posible de cara al niño. Sin embargo sí que se debe mantener la mirada en todos los alumnos y a la vez centrada en cada uno para que éstos no lleguen a sentirse totalmente observados pero sí atendidos por su maestro o maestra.

Con respecto a la detección de alumnos que alteran el ritmo habitual en el aula, también sirve de gran utilidad este tipo de lenguaje. Una vez se capta una mirada nerviosa o una posición inquieta en un alumno, por ejemplo, podríamos intuir su intencionalidad de perturbar la armonía en el aula, y si en cambio muestra una posición relajada y una mirada atenta a su compañero de al lado sin prestarnos atención e incluso haciendo como que estudia cuando “lo pillamos”, podríamos estar casi con total seguridad ante un alumno muy despistado que altera el ritmo de aprendizaje de sus demás compañeros sin tener intención alguna (al contrario que el primer ejemplo del niño conflictivo).

Ejemplos de comunicación no-verbal


  • Mirar fijamente al alumno cuando está haciendo algo malo o inadecuado
  • Aparentar tranquilidad y ausencia de prisa mientras se espera un silencio en la clase
  • Sonreír al niño cuando ha hecho un buen trabajo sin necesidad de decirle nada
  • Agacharse al lado de la mesa del alumno y hablar en voz baja para inspirar tranquilidad y confianza