Para detectar y acabar con el bullying en clase, no es
sencillo. Para ello hay que involucrar a toda la comunidad docente
(estudiantes, docentes, familia…)
Todos los niños y niñas tienen derecho a vivir sin ser
víctimas de la violencia, a tener una escuela segura y con mucho respeto por
parte de todos.
El bullying puede ocurrir a través del móvil, en persona,
por escrito, en la escuela, en el transporte, en cualquier lugar. Los que hacen
bullying molestan a los niños y niñas más vulnerables. Molestan, agreden verbal
o físicamente a aquellos que son diferentes, por cualquier motivo (porque usan
ropa diferente, por rasgos faciales distintos, por minorías sociales, porque
tienen sobrepeso…) Los niños y niñas que hacen bullying no necesitan mucho para
inspirarse si tienen la intención de herir, excluir o humillar a alguien.
El alumno que es víctima presenta una serie de
comportamientos propios de este estado de bullying al que está siendo sometido.
Como son las siguientes:
1.
Baja autoestima o autoimagen negativa
2.
Baja su rendimiento académico
3.
Ausentismo escolar
4.
Pesadillas e insomnio
5.
Depresión y ansiedad
6.
Desconfianza en los adultos por su inadecuada
intervención
7.
sentimiento de venganza
8.
Cambio en patrones de alimentación.
Por
ello tanto padres como docentes, es importante darse cuenta de este tipo de
comportamientos o cambios en los alumnos e intervenir de forma rápida, para
evitar un mal mayor.