Los informes de
UNESCO afirman que España es el país de Europa con mayor alto índice de fracaso
escolar y con un enorme índice de abandono escolar, un 30%, lo que quiere decir
que 1 de cada 3 alumnos deja sus estudios. La comparación con Finlandia es
vergonzosa, cuyo índice de abandono escolar es del 0,2 %. Esto sería
comprensible atendiendo a otros factores como la inversión del país en
educación, el tipo de educación, el contexto socioeconómico, etc. No obstante
nuestro país vuelve a estar nuevamente en muy mal lugar frente a Finlandia a
pesar del análisis de todos estos factores:
España ha tenido
la friolera de 6 reformas educativas en el poco tiempo que tiene de democracia,
y de hecho se está preparando una séptima que está a punto de llevarse a cabo. Cierto
es que las
reformas técnicamente están dirigidas a mejorar el sistema educativo, aunque es
fácil deducir que todas tienen intereses políticos (política de
control: el
Gobierno decide los contenidos obligatorios, lo legislan ellos y lo evalúan externamente),
lo cual se trata básicamente de un constante cambio de ley educativa por cada
ideología política que entra en el Gobierno, en otras palabras, los políticos
creen que para que su partido ejerza correctamente su gobierno tienen que
educar a los ciudadanos con unos tipos de valores y contenidos que ellos
consideran apropiados. En Finlandia cuentan con una forma mucho más lógica de
tratar este tema: tienen más libertad a la hora de impartir la enseñanza puesto
que cuando el Gobierno quiere hacer una reforma educativa se ponen primeramente en contacto
con el profesorado para saber qué es posible, aconsejable, y viable y qué no.
En cuanto a los
centros concertados, según la ley finlandesa, no debes pagar nada porque ya
reciben dinero público, algo nada que ver con la situación de España en este
ámbito, ya que en la mayoría de los centros concertados de España se paga como
si de un centro educativo privado se tratase. De hecho, los resultados de los
centros concertados y no concertados en España no tienen tantas diferencias en
cuanto a éxito académico. España es el segundo país de Europa con más centros
concertados y privados, lo que supone un 32% frente al 2% de Finlandia. Esta
cifra es nuevamente desorbitada frente a lo que supone que el 98% de escuelas
en Finlandia son públicas. De hecho, en Finlandia la educación pública es
totalmente gratuita,los padres no pagan nada por
la educación de sus hijos (ni gastos de comedor, ni libros, ni matrículas…).
Entonces, ¿Cómo es posible que pagando por una educación de supuesta mayor
calidad en España se tengan peores resultados que una educación pública de
Finlandia?.
Teniendo en cuenta
el contexto sociocultural en ambos países estaríamos ante una diferencia clara
de estatus social y económico de las familias. En España hay muchos centros
educativos donde se concentra la población más desfavorecida, y los centros
concertados y privados no reciben en sus
aulas a colectivos de alumnos desfavorecidos, los cuales tienen un mayor índice
de fracaso escolar y dificultades en la enseñanza. Cabe destacar que sea por la
causa que sea, en Finlandia no existen estos tipos de “centros guetos”,
concentrado a diferentes colectivos de alumnos en todos los centros públicos
homogéneamente, asegurando una mejor y más viable educación igualada para todos
ellos.
Después de todo
esto, ¿Cómo es posible que España esté a la cabeza de Europa en número de
personas con sobre cualificación (personas que tienen más estudios de los
necesarios para desemplear un puesto de trabajo)?. Seguramente esto sea porque
la aplicación práctica de los estudios en nuestro país no es nada momentánea, y
el alumno tiende a aumentar su formación al no ver puestos de trabajo. Es
curioso a la par que inexplicable que España esté por encima de la media europea
en horas de escolaridad y que no tenga casi posibilidades de un puesto de
trabajo adecuado directa y específicamente a sus estudios.
En cuanto a la
formación necesaria para ser maestro o profesor en España, cabe destacar que la
nota de corte para entrar en una carrera de educación es de 5 y en Finlandia se
requiere el mejor expediente. En España ser profesor se reconoce como de poco
prestigio social, sin embargo en Finlandia el maestro o profesor es como un
médico, un puesto muy importante y esencial. Es de esperar que en Finlandia los
profesores estén mejor preparados puesto que además de requerirse un expediente
de lujo deben estudian un master de forma obligatoria. De hecho, de los que
intentan hacer una carrera de educación, sólo los mejores cualificados lo
consiguen (un 15%). Además, en Finlandia no hay oposiciones para el profesorado,
es el director del colegio quien elige al personal docente. ¿Debería en España
hacerse una selección más precisa del personal docente? ¿Aumentaría esto la
concepción del maestro o profesor como una profesión altamente cualificada? Y
en ese caso, ¿Mejoraría la escasa confianza que tienen los padres y madres de
los alumnos ante estos?.
Volviendo a otra
comparación odiosa con Finlandia en la educación, con la posible reforma
educativa española el tope de alumnos por aula subirá a 30 alumnos por aula en
primaria y a 36 en secundaria, mientras que en Finlandia cada aula cuenta aproximadamente
con 18 alumnos. Esto nos hace pensar; ¿Influye el número de alumnos por aula en
el éxito o fracaso escolar?.